Un pensamiento que me cimbró y me invitó a meditar, desde que lo leí, por vez primera, fue el del Sacerdote Pedro Llaurens: “Lo más opuesto a la alegría verdadera, es la frivolidad”.
Resonó en mí, tanto que quise expresarlo en un trabajo escultórico, una interpretación de la frivolidad, un busto femenino, como reflejo potencial personal, pero puede ser indistintamente para el hombre o la mujer, cualquiera podemos padecerla, si no estamos alerta.
Es “una advertencia”, pues la frivolidad es astuta y tiene muchos matices, puede ser sutil y pasar casi inadvertida, pero está ahí y hay que mantenerla alejada. Adolesce de lo esencial del ser, es funcionar con el mínimo, ver y apreciar superficialmente la vida, el entorno, a las personas que están a mi lado o que se nos presentan en el diario vivir, asumiendo la realidad con ligereza, dejando de participar plenamente con los demás.
Atrevámonos y corramos el riesgo, dejemos la frivolidad por un lado, involucremos nuestro ser y estar en plenitud. Así podemos ser conscientes de la realidad, actuar con responsabilidad, y le daremos mayor sentido a nuestra existencia y estaremos más cerca de la alegría verdadera.
Maye RODELO GÓMEZ
Licenciada en Artes Plásticas, opción escultura
Hermosillo, Sonora (México)
Diciembre de 2019
