Niños recién huérfanos

Niños recién huérfanos

Imagen de Hosny Salah en Pixabay

Al atardecer, con mucho respeto y casi con miedo conecto el televisor para ver las noticias. Mentalmente me he preparado para resistir ver las barbaries que seguramente me van a mostrar esta noche, de lo que ha acontecido en la jornada de hoy. No sé de qué conflagración tratará, pero, sea de donde sea, habrá muerte y desolación. ¿De qué guerra —de los doscientos conflictos armados que hay en el mundo— nos darán información?

Creo estar dispuesto a mirar edificios acabados de destruir por las bombas de los enemigos; de ver tanques todopoderosos avasallando todo lo que encuentran a su paso. ¡Cuántos cientos y miles de muertos, abatidos por esas armas tan sofisticadas y costosas!

Cuántos niños muertos, aparte de los heridos, quedan por las calles repletas de escombros; niños correteando, sin saber bien bien a donde ir. Miran de un lado a otro sin saber a dónde dirigir la mirada. Como buscando el apoyo de algún amigo o algún familiar que le dé consuelo. Pronto estos pequeños tendrán hambre, tendrán sed, … ¿Quién les facilitará algo de comida?

Es sabido que los niños, si no han sido manipulados, son sociables con otros niños de otro color de piel, de otra religión, de habla diferente o de etnia distinta. Fácilmente se hacen amigos entre ellos; juegan siendo creativos de juegos; se comunican aún sin hablar, …

Pero desgraciadamente, a menudo, en muchos lugares, a los pequeños se les alecciona contra las personas de otras culturas, creencias y lenguas. Esto hace que se cargue a los pequeños con unos resentimientos contra otros, que “no son de los suyos”, de modo que ya les quedará para siempre esta aversión.

Toda persona es como las “matrioskas”, aquellas muñecas rusas una dentro de otra, todas iguales, que parecen reflejar las distintas edades de la misma persona. Estos niños que han vivido esta experiencia terrible de orfandad violenta les quedará marcada el rencor y resentimiento contra los enemigos. Ya no serán niños huérfanos indefensos. Quizás, de adultos, lleguen a ser verdugos justicieros.

Septiembre de 2024

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