En nuestros días puede decirse que la inteligencia artificial está presente, en alguna de sus formas, en prácticamente todas las actividades de la vida diaria. Pero en el ámbito sanitario se están desarrollando y usando aplicaciones de gran utilidad.
Bajo el término IA se incluyen distintos recursos y herramientas que facilitan, ayudan, simplifican y hacen más eficiente la diversidad de las tareas sanitarias. Estos recursos no sustituyen en absoluto a las personas, que somos quienes finalmente lo aplicamos para alcanzar unos objetivos. El uso de este tipo de herramientas debe enmarcarse en unos valores que respeten los derechos humanos y estén centrados en el bien de la persona.
Algunos usos de la IA en el mundo sanitario
- La detección precoz de enfermedades y la toma oportuna de decisiones. Para ello existen programas que procesan millones de imágenes o muestras biológicas y con algoritmos permiten hacer diagnósticos precoces al detectar las patologías en fases tempranas. Esto permite un abordaje oportuno del tratamiento y aumentan las tasas de supervivencia. Se aplica por ejemplo en casos de cáncer de mama o cáncer de colon.
La IA es un soporte fundamental a la hora de la decisión clínica en casos complejos. A partir de datos de pacientes, de estudios clínicos ya realizados y de la literatura médica, la IA procesa la información y se extraen recomendaciones para decidir mejor.
- Otro aspecto para destacar es el gran avance en la personalización de tratamientos, sobre todo los especialmente agresivos. Gracias al análisis y procesamiento de los datos personales del paciente y de su genética se puede ajustar mucho mejor el tipo de tratamiento y la dosis que es conveniente aplicar. Existen programas de IA usados en atención primaria que crean alertas al prescribir medicamentos y nos avisan si son los más indicados o están interactuando con otra medicación que el paciente puede estar tomando.
- La telemedicina y la asistencia virtual es otro recurso. Los chatbots son robots que responden y preguntan en tiempo real, bien sea con voz o textos. Estos sistemas procesan el lenguaje natural y permiten que nos podamos entender. Algunos de estos programas tienen la capacidad de ir aprendiendo automáticamente interactuando con la persona. De este modo ofrecen una atención médica básica, responden preguntas simples de salud y se facilita la gestión de la salud en casa. Durante la pandemia de COVID fueron esenciales para la monitorización remota de los síntomas y permitió la asistencia médica a distancia. Estos soportes también proporcionan a los pacientes recordatorios médicos, apoyo emocional en cuanto se mejora la atención sanitaria resolviendo dudas, y por otro lado reduce la carga asistencial. En ambientes de personas dependientes por edad o por patologías crónicas estos recursos de chat bots o asistentes virtuales facilitan la vida diaria y favorecen una mayor autonomía brindando un apoyo emocional y social, reducen la soledad y mejoran el bienestar mental.
- Otra aplicación de la IA son los dispositivos electrónicos que facilitan un mejor control de los pacientes crónicos. Estos dispositivos pueden ser un reloj o unas gafas que pasan desapercibidos, son accesorios que van en el vestuario y aportan datos del paciente. Al ser procesados con IA, facilitan el seguimiento de la enfermedad. Así en el caso de pacientes diabéticos, pueden llevar en el brazo dispositivos que van registrando los valores de glucemia, y avisan cuando los niveles no son los adecuados; además hacen registros que a través de una aplicación móvil se pueden revisar en el centro sanitario cuando el paciente acude a sus controles por enfermería.
- En el campo de la investigación la IA tiene otro uso muy importante ya que permite acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos y vacunas. Gracias a la rapidez con la que la IA analiza y procesa los datos obtenidos en los ensayos clínicos, se contrastan con estudios previos y se identifican patrones o correlaciones que podrían pasar desapercibidos sin este recurso. La IA ha permitido acelerar la producción de nuevas vacunas gracias a la rapidez en la identificación de la secuencia genética sobre la que se diseñan.
- El reconocimiento facial aplicado al ámbito sanitario permite identificar enfermedades raras y trastornos genéticos. A través de estas tecnologías y con una simple fotografía se procesan bases de datos de hasta ocho mil imágenes donde se pueden identificar este tipo de patologías.
- En los embarazos la IA registra y procesa datos en tiempo real, que van aportando información sobre el estado del embarazo mejorando la seguridad y evitando procesos invasivos.
- La Cirugía robótica, asistida mediante inteligencia artificial, permite realizar intervenciones mínimamente invasivas, reduciendo el tiempo de recuperación y el riesgo de complicaciones. Además, se pueden revisar los datos de cirugías previas, optimizando las técnicas y previniendo complicaciones que pueden producirse mediante el procedimiento quirúrgico. El robot da Vinci es un instrumento quirúrgico que obedece al cirujano y a la vez aumenta su capacidad para operar con mayor precisión y reduce las limitaciones humanas como el temblor y facilita una visión muy clara de la anatomía del paciente. De este modo el cirujano está sentado delante de una consola manipulando los mandos del robot y a la vez tiene una visión tridimensional del área que está siendo intervenida.
- Otro campo interesante de aplicación de la IA en el mundo sanitario es la rehabilitación y la fisioterapia. A través de estos sistemas se pueden personalizar los programas terapéuticos en función del proceso personal del paciente. Son sistemas que de modo automático ajustan los ejercicios y la intensidad de la terapia dependiendo de las necesidades que el paciente va demandando. Los exoesqueletos programados con IA artificial que asisten a paciente con accidentes medulares o que han sufrido accidentes cerebrovasculares facilitan la recuperación de la movilidad poco a poco.
- En el campo de la salud mental, a través de aplicaciones móviles que utilizan técnicas de aprendizaje automático, se detectan síntomas de ansiedad o depresión en los usuarios. Estas aplicaciones a su vez pueden ofrecer intervenciones: ejercicios cognitivos conductuales o técnicas de respiración. Además detectan e identifican a personas que están en riesgo de trastornos mentales o tendencias suicidas mediante algoritmos que analizan datos de la voz o patrones de comportamiento en las redes sociales.
Otros campos de aplicación son la prevención de epidemias, por medio de análisis de grandes bases de datos epidemiológicos, la cirugía ortopédica a través de prótesis inteligentes, y la gestión hospitalaria.
En síntesis, algunas de las ventajas de la IA serían:
- Diagnósticos más rápidos y precisos
- Mejora la calidad de vida de pacientes crónicos y mayores a través de asistentes virtuales y robots que sirven de apoyo
- Agilizan los tiempos de investigación para el desarrollo de nuevos fármacos
- Permiten mejor control y seguimiento de los pacientes crónicos mediante los dispositivos electrónicos.
- Alivian la carga de trabajo a los profesionales sanitarios
- Permiten una mayor personalización de los tratamientos
- Favorecen la prevención de enfermedades y la promoción de la salud
- Mejoran la accesibilidad y la equidad en la atención sanitaria.
Estas ventajas no están exentas de riesgos
- Errores en los algoritmos; éstos aplicados al diagnóstico de enfermedades se entrenan a partir de grandes bases de datos. El algoritmo puede equivocarse dando un falso positivo, identificando una enfermedad donde no la hay, o bien un falso negativo ignorando un caso real. Esto puede conllevar un tratamiento inadecuado o programaciones de intervenciones incorrectas. De ahí la importancia de la supervisión humana para tomar la decisión definitiva.
- Mal uso de las herramientas de IA por falta de preparación o mala interpretación del algoritmo por parte del profesional o de los pacientes. Es necesario contrastar los resultados por parte profesionales sanitarios entrenados.
- Sesgos que provocan desigualdades. En aquellos casos en los que la base de datos que entrena un algoritmo para diagnosticar una patología es representativa de un grupo poblacional, este algoritmo puede no ser válido para otros colectivos. Al tomar decisiones a veces se priorizan necesidades en unos grupos poblacionales en detrimento de otros.
- Falta de transparencia, en tanto que los algoritmos son operaciones algebraicas en los que el entrenamiento modela los parámetros con los que opera. Estos parámetros no son entendibles en términos humanos convencionales. Es un ámbito especializado en que los creadores tienen el control del diseño, lo cual hay que tener presente.
- Riesgo de la privacidad de los datos de nuestra salud para que no se utilicen de modo indebido.
- Brechas de responsabilidad; discernir en caso de error si la responsabilidad puede ser del algoritmo, de la empresa que suministró los datos, del desarrollador, de quien usó esta IA. En este momento hay debate sobre estos temas ya que la tecnología va por delante de la regulación.
Está clara la necesidad de tiempo para adaptarse e integrando estas herramientas en la relación médico-paciente. El sanitario se ha de ir familiarizando en el uso de estos recursos y el paciente lo pueda entender y pueda colaborar.
En resumen, la IA es una herramienta muy potente que no reemplaza a la persona; está para usarla, facilitar y mejorar la atención y el cuido de las personas y de la población que es lo realmente importante.
Remedios ORTIZ
Médico de familia
Madrid, enero 2025
(Este artículo apareció en el número de enero 2025 de la Revista RE Catalán)