La resiliencia, según la definición de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, aunque mayoritariamente admitimos que además, consiste en salir fortalecidos de esas situaciones.
tenemos un propósito, una motivación clara.»
Aunque esta definición es posterior a tantas y tantas personas que en su vida han sabido y podido salir de las situaciones en que se han encontrado y con ello han construido una vida en la que han ofrecido su riqueza personal a los que les rodean.
El término se ha hecho público gracias a múltiples autores, Boris Cyrulnik en su libro “los patitos feos” o Tim Guenard en el libro “Más fuerte que el odio” en el que cuenta parte de su historia.
Tim fue un niño rechazado y maltratado por aquellas personas que, no sólo eran las que más le importaban, sino que eran las que debían protegerte y amarle, sus padres. Después de ser abandonado de forma cruel por su madre y maltratado por su padre en múltiples ocasiones hasta dejarle en un hospital casi dos años, con siete años entró en un orfanato, donde tampoco nadie lo quiso adoptar y sufrió de nuevo el maltrato y desprecio de las personas encargadas de su cuidado hasta acabar en un hospital psiquiátrico, donde aprendió a pelear y a odiar al mundo.
Tim es hoy un hombre casado y feliz, que acoge en su casa personas que, como él se sienten abandonados o perdidos por el motivo que sea, niños y niñas tan vulnerables como lo fue él en su tiempo, además ofrece su testimonio cuando se le pide para abrir esperanza a personas que no la tienen, como él la recibió de la jueza que a los 16 años le ofreció su primer trabajo, confiando en él.
Como él muchas personas sueñan con vivir otra vida, la suya les provoca ¡tanto dolor!, sin embargo, no han conocido otro modo de vivir. La posibilidad empieza cuando toman conciencia de que sí existe una manera diferente y que es posible.
Para que una persona se convierta en resiliente es necesaria motivación, y ésta ha de ser sana, durante años Tim vivía para poder matar a su padre, sin embargo, él soñaba con un papá diferente, con recibir un beso de él.
Todo cambió cuando aparecieron personas que ofrecieron esa posibilidad, una jueza que, en lugar de una sentencia desfavorable, abrió una puerta, un hombre de la calle que le enseñó a leer, … personas que, en su cotidianidad fueron transformando la vida de aquel joven.
Todos tenemos capacidad de resiliencia, algunos de los elementos que nos facilitan esta cualidad es conocer nuestras capacidades y también nuestros límites, dedicar tiempo a conocernos, a sentirnos, a contemplar la realidad desde la serenidad que nos ayuda a tomar conciencia del entorno en el que vivimos, con sus posibilidades y también sus limitaciones.
En ocasiones es la fuerza del grupo, de conseguir la meta propuesta lo que nos motiva a resurgir, a levantarnos y continuar nuestro camino. En Cataluña se construyen torres humanas gracias a la fuerza y coordinación del grupo es posible que se sostengan, cuando uno se siente flaquear, es consciente de la importancia que su función tiene para la construcción final y se sostiene para poder continuar levantando el castillo. Así, no sucede en ocasiones en las situaciones de la vida, somos más fuertes en la medida que tenemos un propósito, una motivación clara.
Viktor Frankl, psiquiatra que sobrevivió al holocausto concluyó que el ser humano, en cualquier situación, puede encontrar el sentido de su existencia y, seguramente, este sea un elemento esencial en la capacidad de resiliencia, motor de una transformación real a partir de la realidad que uno vive.
“Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la última de las libertades humanas: el elegir su actitud en una serie dada de circunstancias, de elegir su propio camino” escribía Frankl en su libro “El hombre en busca de sentido”.
Esther BORREGO LINARES
Trabajadora Social
Barcelona, España
Abril de 2019
