Edificar la paz en el siglo XXI

Edificar la paz en el siglo XXI

Diseño: Espai Visual

La paz es un tema querido para esta publicación. Lo es porque constituye una condición de posibilidad del bienestar y felicidad del ser humano.

En distintos momentos y con diferentes motivos hemos tratado este tema desde alguno de sus múltiples aspectos posibles. En este caso, nos complace hacernos eco de la celebración del I Congreso Internacional Edificar la Paz en el Siglo XXI, que se celebró en Barcelona en abril de 2012, al tiempo que tendemos un puente hacia el II Congreso que se celebrará en Bogotá en septiembre de 2014.

La Fundación Carta de la Paz dirigida a la ONU, que desde su inicio ha tenido un hueco en estas páginas, es el motor de ambos eventos, habiendo colaborado con la Universitat de Barcelona para la celebración del primero, y contando para el segundo con la Universidad de La Salle de Colombia.

Son tantas las inquietudes y preocupaciones que se desvelan en los contextos donde este tema es especialmente acuciante, que queremos aprender de lo acaecido en las Historia y aprender a resolver los conflictos vigentes en paz y desde la paz. Este es un deseo y un sentimiento que día a día se va extendiendo a todos los nieles de la sociedad y que la Carta de la Paz dirigida a la ONU, describe en su primer párrafo: «La mayoría de las personas en lo más profundo de su ser desean la paz».

Siendo cierta esta afirmación, no lo es menos que otras muchas personas y entidades, creen que la paz es imposible; incluso acusan a los movimientos pacifistas de «ingenuos» y «bonistas». Asumimos que edificar la paz es un deseo que nunca llegará a alcanzarse plenamente. Los congresistas de Barcelona fueron conscientes de que la paz es una realidad amenazada, frágil e inestable. Y lo es, precisamente, porque los seres que quieren lograrla son ellos mismos frágiles y, por tanto, a pesar de sus esfuerzos, jamás lograrán alcanzar una paz perfecta, una especie de estadio de perfección y bondad. Como dice Jean Paul Lederach: «la paz no es un fenómeno estático, sino un proceso, una dinámica y, como tal, está sujeta a variaciones conceptuales a partir de la configuración que adquiera en un momento dado».

El primer Congreso fue un camino para acercarse a la paz, un intento de progresar en el proceso de pacificación de las personas, las instituciones y los pueblos. Se trabajaron aquellos principios y fundamentos que permitieran superar obstáculos y a la vez, ayudasen a construir la paz en los distintos estratos sociales, subrayando siempre la necesidad del esfuerzo y de la lucha, sin obviar la heroicidad que conlleva edificar la paz.

Estos congresos, entre otras cosas, quieren poner de relieve que sin la ayuda mutua, sin la solidaridad, a la sociedad no es posible edificar la paz. La supervivencia ha sido y es posible gracias a la solidaridad dentro de la especie, tanto la que se da entre generaciones como la que brota dentro de una misma generación. Hay que reconocer que de la misma manera que en la vida hay lucha e impulso combativo, también hay solidaridad y ayuda mutua. Por eso, esta tarea de edificar la paz, necesita de la fraternidad y de la solidaridad humana, y este esfuerzo por lograrla permanecerá siempre, con la aportación de hombres y mujeres que realicen la labor de consolidarla. A partir de aquí se han diseñado los ejes temáticos que abordará el II Congreso y que encontrarán detallados en el interior de la revista.

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La revista RE quiere colaborar en la construcción de una sociedad en paz y profundamente festiva. Con este número que trata sobre edificar la paz, cumple otro periodo de suscripción, agradeciendo a sus lectores la fidelidad que han mostrado a lo largo del tiempo y la comprensión con respecto a las particularidades de una revista como la nuestra.

Sabernos esperados es una alegría al tiempo que una exigencia a la que damos respuesta del mejor modo posible, cuidando sus contenidos y su estética, con el deseo de ofrecer al lector unos temas que sean de su interés, presentados con belleza, y poniendo en sus manos una información que le ayude a reflexionar o, incluso hallar algunas respuestas.

Igualmente expresamos nuestro agradecimiento a todos los colaboradores de la revista que, de un modo u otro, hacen que su edición pueda llevarse a cabo.

Nuestra publicación, además, al compás de los tiempos que vivimos, considera hoy su función en la sociedad y el mejor modo de concretarla. Compartiremos con nuestros suscriptores del fruto de dicha reflexión, en aras de una nueva etapa.

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