«Tengo tantos hermanos que no los puedo contar… » Esta es una frase de la canción Los hermanos, interpretada por Mercedes Sosa en los años 70. Se trataba, sin duda, de una canción de protesta contra las dictaduras sudamericanas, pero considero que va mucho más allá. Esta expresión alberga una visión de la hermandad abierta: ya no se trata solo de hermanos de sangre…, hay hermanos en el valle, en la montaña, en la pampa y en el mar… ¡hay hermanos en todas las partes!
No sé hasta dónde llega la hermandad a que hace referencia la canción: ¿Se trata de una hermandad basada en el hecho de compartir una misma ideología? ¿O de algo más profundo? ¿Algo como la hermandad que uno siente cuando habla con Anna Maria Ollé, impulsora de la Fundación dominicana “Hermanos por Existir”?
De origen catalán, Anna Maria lleva 29 años viviendo en República Dominicana. Es una persona coherente, sabe trenzar una buena teoría con una buena práctica. Su solidaridad tiene un fundamento teórico, el mismo que expresa el punto V de la Carta de la Paz dirigida a la ONU[1].Cuando te desplazas con ella a la zona rural de Los Guineos en Yamasá, se observa fácilmente su buena práctica. Actúa en múltiples campos: Ningún niño sin papeles, Taller de estimulación temprana, Becas de estudio, etc.
Es apasionante escuchar con qué realismo describe su experiencia.
Las últimas palabras de la canción de Mercedes Sosa son: « Yo tengo tantos hermanos que no los puedo contar, y una hermana muy hermosa que se llama Libertad…» ¡Qué importante es acordarse siempre de la hermana libertad! Porque no hay auténtica solidaridad sin libertad, y no hay auténtica libertad sin solidaridad.
La Fundación Hermanos por Existir incluye la libertad en su visión[2]: Lograr protagonistas y gestores de la propia vida y de las transformaciones del mundo: personas libres, contentas de existir y de ser como son; que se sientan libre-responsables, constructoras de paz y de mayores cuotas de justicia; capaces de lograr una sociedad más solidaria.
Ser coherente con esta expectativa, conlleva respetar la libertad de toda persona desde el principio y en el día a día. Para Anna Maria significa estar dispuesta a ser puente entre “hermanos” libres: unos con medios a disposición y otros con muchas necesidades no cubiertas. Implica observar y escuchar a las personas, ver sus necesidades y tomar a cada ser humano como único e irrepetible, un ser especial, digno de ser y de amar. Significa también visitar personas o instituciones con recursos o medios y pedir que compartan. Y en ambos casos supone preferir estimular a exigir. Pide mucha paciencia y aceptar que las cosas a veces se desarrollan de manera diferente de cómo uno las piensa o planea.
La Fundación Hermanos por Existir es para todos —voluntarios, bienhechores, trabajadores, destinatarios de proyectos—, una escuela de libertad. Ojala haya cada vez más instituciones en el mundo a quienes podamos atribuir este distintivo.
Pauline LODDER
Pineda de Mar (España)
Septiembre de 2017
[1] Los seres humanos, por el mero hecho de existir —pudiendo no haber existido—, tenemos una relación fundamental: ser hermanos en la existencia. Si no existiéramos, no podríamos siquiera ser hermanos consanguíneos de nadie. Percibir esta fraternidad primordial en la existencia, nos hará más fácilmente solidarios al abrirnos a la sociedad.
[2] La misión de una organización está enfocada al presente, o sea, explica la razón de ser de una organización y justifica su actividad. La visión es como una expectativa que se quiere lograr.