Traigo abono para pensar las libertades

Traigo abono para pensar las libertades

El yo frente al otro es infinitamente responsable.
Lévinas
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Durante el mes de febrero leí un libro que preguntaba: ¿qué nos ancla al mundo? En aquel momento respondí que mis sueños. Me hago la misma pregunta en medio de la situación actual global y mis reflexiones desembocan en la libertad. Observo como el otro es parte de mi posibilidad de libertad y que debe estar dentro del discurso a pensar en las sociedades que habitamos.

Mi trabajo como documentalista me ha llevado a dialogar con personas de distintas posiciones económicas y en diversos contextos existenciales. En torno a la libertad recuerdo cuando visité Guachupita durante el 2016. Una comunidad con serios problemas de hacinamiento en República Dominicana. Allá seleccioné a varias mujeres y les hice la misma pregunta: ¿Qué es la libertad?

Una de ellas había viajado hacia Alemania con un joven con quien tuvo dos hijas. Me cuenta que para ese entonces sentía que había conseguido libertad al poder salir del suelo antillano. Había nacido con algunas limitaciones para caminar y me contó que durante las épocas de frío le dolían las piernas y debía quedarse en cama. Estuvo ocho años viviendo fuera de la isla y volvió huyendo de los inviernos. Me decía que había cambiado su idea de la libertad y que prefería la isla, si eso le permitía no sufrir el dolor del frío europeo.

Fotografía: Thelma Vanahí Álvarez Bello

Otra me dijo que la libertad era ver a sus hijos crecer sanos y que nunca se sentiría libre hasta verlos lograr sus sueños y no pasar las dificultades que a ella le tocó. Una de las entrevistadas me decía que tenía VIH y que el concepto de libertad para ella era que la gente entendiera que podía desarrollarse como las demás y que su hijo nunca fuera afectado por la condición de su madre, quien también debía prostituirse en ocasiones para sustentar el hogar.

Estas distintas libertades me llevan a pensar en la idea del otro desde la reflexión trabajada por Emmanuel Lévinas. Él nos brinda un concepto bastante humano para la realidad en la que nos encontramos actualmente frente al otro, frente a los otros. Es desde la alteridad —como algo que me vuelve a representar a mí y al otro—, que se transforman mis parámetros. Las redes sociales son el perfecto escenario para observar estas relaciones.

Lévinas plantea el “cómo me relaciono con ese otro”. Cuando anulamos al otro al presentarse un conflicto, estamos juzgando al otro desde nuestra idea del otro y no desde el otro plenamente suyo. Comprender lo que afirma Lévinas puede ser más fácil que ponerlo en práctica, y es que cuando vamos detrás de comprender al otro, estamos obligándole a encajar en una serie de conceptos e imaginarios a los que hemos estado sujetos y seguimos tejiendo. Para Lévinas, comprender la otredad es algo que le viene por su experiencia en la segunda guerra mundial. Algo que le lleva a observar la falta de otredad en las sociedades, donde la relación con el otro me debe dejar algún beneficio o ser anulado a falta de espacio para lo distinto, lo que no se asemeja a lo ideal de mi imaginario.

Llegar a ver al otro tal cual es y dejarle ser libre, se puede ejercitar y debe hacerse para lograr sociedades más humanas, menos sujetas al espejo del pensamiento único y menos sujetas a crear sociedades de riesgos. Vuelvo a recalcar: Mi libertad no puede aplastar la libertad del otro, aun cuando esa libertad del otro no vaya con los conceptos que deseo practicar. Es necesario poder reflexionar sobre mi posición en los ejercicios de libertad que únicamente no me beneficien a mí, y que desde mi individualidad yo pueda respetar la individualidad del otro.

Al discurso del otro incluyo a Adela Cortina: Su idea de la «ética de la razón cordial” se hace necesaria para mantener una forma de hacer y habitar el mundo. Para Cortina deben ir de la mano los elementos lógicos pero también los asuntos del corazón. Es dialogar con lo que queremos hacer y lo que sabemos y sentimos que debemos hacer, esas obligaciones morales que superan la razón.

Debo ir concluyendo, y es inevitable terminar esta reflexión mencionando las lecciones que el 2020 me ha dejado. Los parámetros de ciertas libertades se limitaron. Las personas con las que he hablado han estado dialogando con ideas acumuladas y repasando y repensando conceptos. La libertad y los otros han pasado a ser tema de debate en los aspectos políticos y claves en las agendas globales. El futuro que me parece más digno de vivir dentro de un discurso ético y humano, es uno donde se pueda colocar por delante los derechos a la libertad humana y el respeto a la individualidad.

Propongo un ejercicio diario donde coloquemos sobre la mesa de nuestra conciencia la pregunta: ¿qué pasa con la libertad de aquellos que parecen tan lejanos a nuestra realidad? Puede que reflexionar sobre esto nos haga más perceptivos a las cosas que ocurren a nuestro alrededor, que nos lleve a acciones que no sean movidas únicamente por la lógica y sumemos la idea del otro de Lévinas y la idea de Cortina sobre poner corazón.

Thelma Vanahí ÁLVAREZ BELLO
Artista dominicana
Barcelona
Diciembre de 2020

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