Unas piedras que rememoran

Unas piedras que rememoran

¿Conocen ustedes al artista alemán Günter Demnig y sus “piedras de tropiezo? Es un proyecto de la década de los 90. Se trata de colocar placas conmemorativas, bloques de bronce que miden 96 x 96 milímetros con una altura de 100 milímetros. Llevan grabados los datos esenciales de la persona que se conmemora. Recuerdan a personas perseguidas por los nazis, deportados y asesinados. Las ha llamado en alemán: “stolpersteine” (piedras de tropiezo). ¿Por qué este nombre? Porque van incrustadas en el suelo de la acera, delante o cerca de la casa o edificio donde vivió la persona en cuestión. Estas piedras así colocadas en toda Europa invitan a “tropezarse” con ellas al percibir su resalte en el camino y así detenerse a leer lo que está escrito. El 29 de diciembre de 2019 se colocó la piedra de tropiezo número 75.000. En España estos micromonumentos se empezaron a instalar en 2015. Se trata en general de españoles que huyeron a Francia y fueron allí víctimas del nazismo.

En su libro: “Mártires de la Conciencia – Cristianos frente al juramento de Hitler”, de José Mª García Pelegrín[i], el autor recoge breves biografías, pequeños ramilletes de los muchos que pagaron con su vida el hecho de seguir el dictado de su conciencia. Algunos más conocidos… otros, menos. Una mayoría llevando una vida sencilla y discreta, con trabajos modestos. Lo que tuvieron en común fue negarse, en un acto de libertad, a prestar el juramento a Hitler por una cuestión de conciencia.

La objeción de conciencia es la negativa a acatar órdenes, leyes o a realizar actos o servicios invocando motivos éticos o religiosos. El objetor de conciencia dice “no” a lo que considera un deber de conciencia.

El proyecto “piedras de tropiezo” forma parte de varias iniciativas importantes que han tenido como objetivo reconocer en su justo valor la vida y testimonio de personas que, ejerciendo su libertad, vivieron y murieron según su conciencia. Otra iniciativa se desarrolló en el ámbito de la ley, por ejemplo, la derogación de decisiones penales condenatorias; los desertores y objetores de conciencia pasaron a ser considerados víctimas del régimen nazi. También es conocido el reconocimiento por parte de confesiones cristianas y religiones. Ejemplo de ello es la beatificación de Franz Jägerstätter, campesino austriaco, casado (1907-1943). Sentenciado a muerte murió guillotinado en la prisión de la ciudad de Brandenburgo, Alemania. Su vida fue llevada al cine. [ii]

Valorar a estas personas concretas nos ayuda a tener una visión más completa y realista de la Historia.

¿Qué nos pueden decir hoy estas “piedras de tropiezo”?

Cada día de nuestra vida, vamos tomando decisiones que repercuten en orientaciones futuras para nosotros, también en el ámbito de la familia, de los amigos, de la sociedad o del planeta que es nuestra casa común. Ojalá que, ejerciendo nuestra libertad de conciencia, seamos unos para otros estas “piedras de tropiezo”. Que las palabras y las acciones de unos y otros nos hagan pensar, nos cuestionen y nos hagan crecer en humanidad.

María de Jesús CHÁVEZ-CAMACHO PEDRAZA
Pineda de Mar (Barcelona)
Junio del 2021

[i] García Pelegrín José M. (2021) Mártires de la Conciencia – cristianos contra Hitler.  Ed. Digital Reasons SC.

[ii] Película: A Hidden Life ( título en español: Vida Oculta), 2019. Director: Terrence Malick

Publicaciones relacionadas

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *