Cuestión de actitud

Cuestión de actitud

Estamos en un mundo en continua evolución; pero, actualmente en distintos países es patente que la sociedad está sufriendo transformaciones profundas, no solo con un relevo generacional, sino que, desde hace algunos años, se habla incluso de cambio de paradigma.

Ante esas evoluciones tan importantes de los fundamentos de la sociedad, la persona se siente con poca capacidad de intervención significativa; su realidad, su vida, sus fuerzas son siempre mínimas e insignificantes ante la grandeza del mundo.

La opción es, frente a esa realidad, prestar mayor atención a aquellos elementos o herramientas que están al alcance de la persona y que pueden ser guía o instrumentos en su actuar. Aquellos elementos que tiene a mano el ser humano para gestionar su propia vida y contribuir a resolver el cambio global, o al menos pueden ayudar a prepararse para asumirlo o adaptarse.

Por supuesto, están los valores humanos. Sin ellos como referencia en la forma de actuar individual y hacia los demás, las relaciones humanas se debilitan al no albergar criterios comunes para la vida en sociedad. Son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona, una acción. Las sociedades se transforman a lo largo de la historia; pero se cree que hay valores que deberían perdurar, ya que indican a las personas lo que es correcto y lo que no.

Justicia, equidad, honestidad, humildad, prudencia, bondad, tolerancia, libertad … son valores del individuo y le impulsan a actuar de una u otra manera; forman parte de sus creencias, determinan sus conductas y expresan sus sentimientos e intereses.

Pero hay otro aspecto muy importante del cual la persona es directamente responsable, es su actitud. Las actitudes frente a la vida pueden configurar no sólo el presente sino el propio futuro ya que según la disposición que se tenga ante una realidad se actuará de un determinado modo y las decisiones que se tomen tendrán unas consecuencias que irán marcándole la vida.

Según la RAE, la actitud se define como el estado del ánimo que se expresa de una cierta manera. La actitud puede modificarse activamente mediante el entrenamiento o la mera exposición hacia el tema que genera la actitud, por ejemplo, asociándose la actividad en cuestión con refuerzos positivos o negativos en base a la experiencia. Es más bien una motivación social que biológica. A partir de la experiencia, las personas adquieren una cierta predisposición que les permite responder ante los estímulos. Es también la expresión de los valores pues permiten mostrar las creencias detrás de la propia actuación. La actitud hacia el mundo surge de la interacción entre factores biológicos y hereditarios y los factores ambientales tales como el aprendizaje a lo largo de la vida del sujeto.

Con disposición abierta, las actitudes positivas son aquellas que colaboran con el individuo para conseguir enfrentar la realidad de una forma sana y efectiva, las negativas son las que entorpecen esta relación del individuo con su entorno. La libertad del individuo reside en poder elegir entre una actitud y otra a cada momento.

Los tipos de actitudes

Es posible encontrar una gran variedad de tipos de actitudes, clasificadas según diversos criterios y sin que sean mutuamente excluyentes. En cada tipo hay actitudes que ayudan a facilitar el desarrollo armónico de las actividades, las convivencias…, contribuyen a que la persona viva más feliz.

 * Según su valencia afectiva en el sentido de cómo permiten valorar el entorno y la situación.

Actitud positiva. A través de ella se visualiza la situación o exposición a un estímulo de manera que se favorece la interpretación positiva y optimista. Esto, independientemente de que se afronten dificultades, acercando al sujeto a la estimulación o acción. Y a la búsqueda de la consecución de los objetivos de manera sana, confiada y generalmente disciplinada. Suele ser contagiosa.

* Según su orientación a la actividad, la manera en que las disposiciones individuales generan una aproximación u orientación concreta hacia la idea de llevar a cabo una conducta o actividad.

Actitud proactiva. Un tipo de actitud implica actuar antes de una situación futura, en lugar de sólo reaccionar, se prioriza la actuación y la búsqueda autónoma y activa de una mejoría en la realización o desempeño de la actividad o de una búsqueda autónoma de la solución de problemas que puedan surgir. Se trata de un tipo de mentalidad que promueve la creatividad y la generación de valor añadido, así como la persecución de la consecución de los objetivos presentes e incluso buscando nuevos retos a alcanzar tras ello.

* Según la motivación para actuar, las actitudes pueden considerarse que surgen no tanto de cómo nos orientemos hacia la actividad sino lo que nos motiva a hacerlo.

Actitud desinteresada/altruista. El sujeto con este tipo de actitud lleva a cabo sus actos con el propósito de generar un beneficio para los demás o independientemente de que pueda no generar ganancias o incluso que pueda provocar pérdidas.

* En función a la relación con los demás, las actitudes pueden también clasificarse en función de cómo se interactúe con los demás.

Actitud colaboradora/integradora. Un tipo de actitud de gran utilidad pues promueve la interacción con los demás de cara a que todos puedan lograr sus objetivos y alcanzar sus metas tanto compartidas como individuales.

Actitud asertiva. Actitud en la que el sujeto defiende sus propios opiniones y derechos de forma consistente, pero respetando las de los demás y siendo flexible de tal manera que se respeta al otro y se da espacio para la negociación.

* Según el tipo de elementos que se utilizan para valorar los estímulos. Las actitudes se vinculan a nuestra manera de procesar la realidad o al tipo de aspectos que se emplean para valorar cada situación.

Actitud emocional/emotiva. Es la que tienen aquellas personas que tienden a basarse en lo emocional y valorar los afectos propios y ajenos. Suelen ser más generosos, románticos y afectivos tanto en sus interacciones como a la hora de valorar las situaciones.

Actitud racional.La tienen personas que se basan en el uso de la lógica y la razón a la hora de valorar la realidad, a menudo ignorando aspectos irracionales o emocionales.

Por último, sólo resta decir que las actitudes no sólo modifican el comportamiento individual, sino también grupal. Una persona con una actitud positiva frente a los problemas puede conseguir incentivar al grupo a salir adelante y a mejorar.

Noviembre 2019

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