Las virtudes del buen humor en situaciones de crisis

Las virtudes del buen humor en situaciones de crisis

Es muy difícil establecer un límite entre el humor y la tragedia, podríamos decir que hay pocos temas que la comedia no se atreva a tocar. Por eso no es de extrañar que muchas veces hayamos oído que el humor sea un eficaz antídoto para llevar mejor las situaciones de crisis.

«Porque el humor no niega la realidad, sino que es
un instrumento que nos ayuda a aceptarla.»
Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay

Hacer humor de las cosas no es complejo, incluso para algunas personas es una cualidad innata. La clave es saber cuál es el tipo de humor que nos lleva a ser mejores personas y cuáles son las virtudes que puede tener el buen humor para ayudarnos a gestionar las situaciones de crisis.

El humor positivo es aquel que nos sirve para afrontar de forma muy consciente las dificultades de la vida desde una visión crítica y al mismo tiempo constructiva. Es un humor que está orientado a superar los obstáculos y que no le importa reír de la multitud de absurdos que la vida nos pone delante cada día. Es una actitud que sirve para arrancar una sonrisa a los demás, siempre desde el respeto hacia el otro y hacia uno mismo. Este humor es el que actúa como facilitador de las relaciones interpersonales y que ayuda a construir también una red de relaciones positivas.

Las personas con este sentido del humor son muchas veces irónicas e incisivas sin ser hirientes, pero sobre todo son conciliadoras y capaces de dialogar. Las personas que utilizan este sentido del humor positivo tienen la habilidad de dar la vuelta a los problemas, de romper situaciones inamovibles, de doblegar las reglas sin que ello suponga un conflicto y de contrarrestar las relaciones más tóxicas. En definitiva, son aquéllas que dentro de un grupo transmiten energía y emociones positivas.

Reír de lo que nos da más miedo o ante situaciones de incertidumbre no es una actitud infantil sino que, como decía Freud: «El humor es la mayor manifestación de los mecanismos de adaptación del individuo» y por esta razón buscamos el humor como una herramienta necesaria que nos ayude a vivir un poco mejor. Por eso, en una crisis tan trágica, social y económicamente hablando, como la del coronavirus, utilizamos el humor como una herramienta de autodefensa. Y esto es así porque en una situación como la actual, el humor actúa como refugio que nos ayuda a mejorar nuestro estado emocional y consecuentemente nuestro estado físico.

Otra virtud del humor es que actúa como un punto de unión entre las personas, ya que el humor es viral y contagioso, y empuja al individuo a compartirlo con los demás con el objetivo de encontrar una sintonía que le gratifique. Porque el humor no niega la realidad, sino que es un instrumento que nos ayuda a aceptarla.

El humor positivo no frivoliza o banaliza las situaciones, sino que es capaz de transformar una realidad, por trágica que sea, en algo irónico, con el fin de rebajar la tensión y la intensidad de la preocupación, de modo que ayuda a generar una sensación de unidad del grupo que comparte esa situación.

De alguna manera, el sentido del humor, por sí solo no resuelve las situaciones, pero sirve para ayudar a digerir circunstancias difíciles, actúa como paliativo frente a situaciones que pueden ser dificultosas y largas de digerir.

Recordemos la magnífica película La vida es bella del director Roberto Benigni, donde el sentido del humor es la herramienta que utiliza el padre para ocultar a su hijo el horror que viven en un campo de exterminio nazi.

Si nos fijamos en el mundo del trabajo, el humor positivo enriquece el entorno, lo hace más amigable y crea un espacio de complicidad y acogida que atrae y potencia el emprendimiento y la creatividad.

En un entorno tan incierto como el generado por la pandemia de la COVID, el humor es capaz de reducir el estrés, potenciar la salud y aflorar las habilidades y capacidades de los trabajadores. A la vez que el humor refuerza los vínculos y sirve para fortalecer la motivación individual y de grupo.

Los individuos prefieren trabajar en entornos amigables que en agresivos, por eso el sentido del humor es un antídoto contra la toxicidad. Un ambiente de trabajo desenfadado y que potencie la capacidad de reír de situaciones absurdas y de uno mismo, facilita la retención del talento y es generador del sentido de pertenencia.

Parece que el humor debería ser ajeno al mundo laboral. Reír en el trabajo es sinónimo de carencia de productividad, pero nada más lejos de la realidad, el humor optimiza la comunicación interna, ya que muchas veces puede endulzar la dureza o la negatividad que llevan implícita algunas inevitables decisiones o comunicaciones.

En definitiva, alimentar el buen humor en un sentido positivo en las situaciones más trágicas o difíciles, nos ayudará a mantener relaciones interpersonales más robustas y duraderas, a la vez que facilitará la creación de espacios de convivencia más humanos y gratificantes.

David MARTÍNEZ
Economista
Publicado originalmente en RE catalán núm. 104

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