Teatro religioso popular

Teatro religioso popular

En poco más de un mes he tenido la ocasión de asistir a la representación de dos autos sacramentales: el Misteri d’Elx (Elche), en esa población alicantina, el pasado 13 de agosto y el de la Selva del Camp en la Sagrada Familia de Barcelona el 22 de septiembre.

El Misteri que prácticamente no ha dejado de representarse desde el siglo XV, fue declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral Inmaterial de la Humanidad (2001). En cuanto al de la Selva del Camp es el primer drama asuncionista escrito en lengua románica (catalán del siglo XIV) conservado íntegramente, se ha recuperado hace cuarenta años y fue galardonado en 1994 con el Premio Nacional de Cultura de la Generalitat de Catalunya.

Con un trasfondo común- la muerte, resurrección y asunción de María- las dos representaciones tienen su propia personalidad y su color específico. Me sorprendió gratamente el interés del público de Elche y de Barcelona ante estas manifestaciones de teatro religioso de antaño tan aparentemente alejadas de nuestra sensibilidad contemporánea. 

En  ambos autos sacramentales, pensados para ser celebrados en las iglesias, la participación de las respectivas poblaciones es muy nutrida. Un centenar de actores participan en el drama sacro alicantino y dedican mucho tiempo al año a ensayar los cantos que tienen un alto nivel de profesionalidad. En cuanto a la Selva del Camp también participan ciento cincuenta personas de manera directa o indirecta y han incorporado plenamente el auto sacramental a su identidad popular. 

Por cierto que en uno de los actos del Misteri d’Elx –con una tramoya verdaderamente espectacular– los ángeles cantan una melodía que fue recuperada en un concierto memorable, El cant de l’enyor (El canto de la añoranza) de Lluís Llach, María del Mar Bonet y Marina Rossell en el  Camp del Barça, el 6 de julio de 1985 y que muchos todavía recuerdan.

En cuanto al Misteri de la Selva de Camp, una parte del público tarareaba los pasajes que están musicalizados con la música gregoriana (s. IX) del Veni Creator. Y es que hay melodías que son misteriosamente atemporales y que están como inscritas en el ADN de una población secularizada pero culturalmente de raíz cristiana. 

La revitalización de la cultura popular y dentro de ella del teatro religioso, es un signo de esperanza que conmueve: la belleza deviene camino privilegiado de apertura a lo trascendente y elemento de cohesión social.

Jaume AYMAR RAGOLTA
Historiador del Arte
Barcelona (España)
Octubre de 2019

Publicaciones relacionadas

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *