En América del sur, el verano ya se instaló con temperaturas de mas de 31 grados durante el día. Suerte que tenemos en Chile, tardes-noche, frescas y aireadas. La pandemia y el confinamiento no nos deja en paz, pero a quién no ¿verdad? Casi 17 días para la navidad y no nos podremos juntar como y con los de siempre, por cuidarnos o por los estragos que el covid ha dejado a nivel familiar. Nuestras casas y ciudades están cerradas, aunque la tv y las redes sociales nos quieran hacer creer que todo sigue “casi igual”. Seamos sinceros, ha cambiado todo y si bien la tecnología es una maravilla y nos ha acercado, cuánto extrañamos una casa abierta para abrazarnos.
El próximo 21 de diciembre un llamativo fenómeno astronómico podrá ser visto alrededor del mundo. Ese día, que coincide con el del solsticio, los planetas Júpiter y Saturno se alinearán de tal forma con la Tierra que se verán como un punto de luz super brillante. Patrick Hartigan, astrónomo de la Universidad Rice, explicó a la revista Forbes que las alineaciones entre estos dos astros son “bastante raras”. “Ocurren una vez cada 20 años aproximadamente, pero esta conjunción es excepcionalmente rara debido a lo cerca que parecerán estar los planetas entre sí”, señaló. Además, sostuvo que, la última vez que se presenció un fenómeno de esta índole fue en la Edad Media, algo así como retroceder hasta el amanecer del 4 de marzo de 1226” señaló.
Entre el 16 y el 21 de diciembre, en gran parte del planeta se podrá observar un extraño fenómeno que no ocurría, según algunos astrónomos, desde el siglo XIII: lo que se conoce como la «gran conjunción» de Júpiter y Saturno. Durante esos días, y especialmente durante las noches, estos dos planetas estarán alineados de tal manera que parecerá que forman un planeta «doble».
Para los aficionados de la astronomía será un «regalo de Navidad». Para todos será un regalo y me es imposible no relacionarlo con la Estrella de Belén, que, según la tradición cristiana, fue el astro que guió a los Magos al lugar del nacimiento de Jesucristo.
Tal como se señala en el Evangelio de Mateo que gracias a esa luminosidad los Reyes Magos vieron aparecer por el Oeste la Estrella de Belén, aunque no aclara si se trataba de un planeta, una estrella o cualquier otro fenómeno astronómico o astrológico.
Por primera vez en 800 años, la “Estrella de Navidad” o “Estrella de Belén” será visible en el cielo nocturno. Según Forbes, un avistamiento de estrellas de esta magnitud no volverá a ocurrir hasta el 2080.
No existe mejor momento para nuestra casa, para cada ser humano que se abra el cielo y se ilumine la tierra. Que este fenómeno del tiempo haga brillar los ojos de niños y grandes; llene de risas nuestros labios y ponga esperanza en nuestras mesas. Que sea una época para elevar la vista de los que viven en soledad, para iluminar toda oscuridad en nuestro ánimo, en nuestro entorno. Que sea un tiempo para reunir a nuestras familias, para sentir una cercanía entre los presentes y los ausentes. Estaremos mirando una misma estrella.
Este año 2020, y seguramente gran parte del 2021, será recordado como el año de la fragilidad. Bauman decía en una entrevista del 2014, “Cuanto más fácil es la facilidad con la que las relaciones se pueden unir y romper, eso constituye la fragilidad. Pero estamos perdiendo las habilidades necesarias para que nuestras relaciones sean realmente estables. Es un trabajo para toda la vida”. Qué mejor que levantar la mirada y dejar que este cielo que se abre nos haga abrirnos de tal forma que la luz se instale en nuestra casa, interior y exterior. Que irradiemos alegría, gratitud. El cielo nos toma de la barbilla, nos anima a observarlo.
A pesar del confinamiento y el aislamiento social debido a la pandemia del covid-19, el cielo sigue abierto. Con la perspectiva de poder apreciar sus maravillas sin restricciones.
Claudia TZANIS
Santiago de Chile
Diciembre 2020