“Si no fuera porque” es el título de una canción de Cecilia, una mujer joven que murió con 27 años en un accidente en 1976, aquel final nos dejó a muchos con la sensación de que habíamos perdido algo más que una cantautora. Cecilia había vivido mucho tiempo fuera de España, conocido otros lugares y otros modos de vivir.
Años después, fruto de la causalidad, por esas curiosas coincidencias de la vida, Lidia Pujol una cantante catalana, ha decidido sacar un disco con algunas de las canciones más significativas, que no más conocidas, de Evangelina Sobredo Galanes, nombre real de la conocida por Cecilia. Este hecho nos ha acercado y permitido poder reescuchar y acercar las letras de aquella joven a nuestra realidad actual, no tan alejada de la suya.
Entre estas canciones encontramos una poco conocida y es esta la que me trae a escribir este artículo, “Si no fuera porque”, canción que habla de la importancia que tienen las cosas pequeñas, aquellas en las que normalmente no ponemos atención, aquellas que parece que pasan desapercibidas, las que parece que no merecen nuestro aprecio.
De repente al escuchar la letra con todos los sentidos, descubro cuántas pequeñas cosas son las que cada mañana hacen que nos levantemos, salgamos de casa, estructuremos nuestro día, … sí, al final son las que motivan nuestro día a día y, con ello, nuestra vida.
Creo que un ejercicio que deberíamos hacer periódicamente en nuestro caminar por la vida podría ser un listado de esas pequeñas cosas que hacen mi vida, concretamente la de cada uno, especial y única, concretando cada uno de esos detalles para poder agradecer su existencia y poder disfrutarlos especialmente, a la vez que nos permitiría tomar conciencia de la fortuna que tenemos.
Y, además, nos daría la oportunidad de darnos cuenta de porqué hay personas que no encuentran ese mismo sentido, esa misma motivación, porqué para algunas personas ese levantarse cada día, salir de casa, si la tienen, … es mucho más difícil que para uno mismo. En realidad, nos podría mostrar las dificultades que algunas personas que sí agradecen la vida y su cotidianidad, tienen y cómo las superan en su día a día.
Decía San Vicente de Paul que recuperarse de determinadas situaciones resulta muy difícil, casi imposible si no tenemos a nadie a quien le importemos.
“Yo no he reproducido la violencia simplemente porque encontré a gente que me hizo desear cosas más positivas” dice Tim Guénard, él cuenta que cambió su vida la mirada de una persona “Viví tres años en la calle. Yo creía que mi condición era normal, pero gracias a un buen policía descubrí que no lo era. Aunque me devolvió a la cárcel, me trató como a un ser humano. Yo no quería vivir, pero todas las veces que pensé en quitarme la vida me venía a la mente la mirada de aquel policía”.[1]
Hoy es tan importante esa mirada amable, que puede cambiar la perspectiva de la vida que algunas personas perciben, ya sea quien dedica la mirada o quien la recibe, porque una mirada nos cambia la perspectiva a ambas partes y nos permite ampliar nuestro horizonte y esperanza.
Así que “si no fuera porque” ha sido un gran descubrimiento, entre otras muchas…
Esther BORREGO LINARES
Trabajadora social
Barcelona
Julio de 2021
[1] Guénard, Tim. La contra en la Vanguardia 06/07/2011 https://www.lavanguardia.com/lacontra/20110706/54181530347/una-mirada-amable-puede-cambiarte-el-destino.html