El San José de la Casa Batlló

El San José de la Casa Batlló

La casa Batlló, del Paseo de Gracia 43 de Barcelona, siempre es noticia. Recientemente la compositora Dani Howard (Hong-Kong, 1993) ha creado la banda sonora de la Casa, una melodía de emociones inspirada en el arte espiritual de Gaudí. La también reciente inauguración de la torre de María de la Sagrada Familia, suscitará en muchos el interés por la obra gaudiniana y bien seguro que motivará un crecimiento también los visitantes que recorren las diversas dependencias de esta casa excepcional que fue totalmente reformada por el “arquitecto de Dios”.

Dentro del gran salón del piso principal de la Casa Batlló, hubo un oratorio ubicado dentro de la forma cóncava de la pared del fondo. Estaba cerrado con unos grandes paneles de madera que, al abrirlos, permitían convertir fácilmente el salón en capilla. Contenía un pequeño altar y un retablo de madera de roble con una Sagrada Familia (Jesús, María y José) realizada por Josep Llimona Bruguera (Barcelona, 1860-1926), escultor, miembro del Cercle Artístic de Sant Lluc, colaborador de Gaudí y converso al catolicismo. En él se ve un Jesús adolescente besando la mano de José ante un banco de carpintero, mientras María contempla la escena. En una sociedad patriarcal besar la mano del padre de familia era un signo de veneración. En catalán se denominaba “fer l’amistat” (literalmente “hacer la amistad”). Esta representación es poco frecuente dentro de la iconografía josefina. Gaudí, que nunca fue padre biológico, era devoto del glorioso patriarca y valoraba especialmente la paternidad difusiva que este simbolizaba, como la que el mismo arquitecto ejerció con su sobrina Rosita Egea. Él además, como artista global, estaba pendiente de todos los detalles de los edificios que diseñaba (muebles, pomos de las puertas, mosaicos…) y muy probablemente le sugirió que plasmase este gesto al escultor. Además Gaudí y Llimona siempre solían partir de modelos reales. Hoy este retablo preside el altar mayor de la cripta de la Sagrada Familia.

Gaudí tenía también un delicado respeto hacia sus clientes. El propietario de la casa reformada era el señor Josep Batlló Casanovas (Barcelona, 1855-1934), un hombre de negocios del sector textil catalán que en 1904 le había encargado la reforma integral de este edificio. Por lo tanto, al honrar a San José, el arquitecto estaba honrando también a su cliente, como lo había de hacer también en la Pedrera proyectando una imagen de Nuestra Señora del Rosario en la parte superior de la fachada en homenaje a la esposa del propietario, Roser Segimon. La exaltación de la Sagrada Familia de Nazaret -modelo y referente de la familia cristiana- también está presente en la Casa Batlló en tres anagramas situados helicoidalmente en el torreón coronado con la cruz de los cuatro brazos y orientado, por tanto, a los cuatro puntos cardinales: IHS (Jesús Salvador del hombre), María (M coronada) y José (JP), en grandes letras blancas en relieve, sobre la fachada multicolor que son visibles de día desde el Paseo de Gracia.

Hoy, en la visita a la Casa Batlló, en el lugar que ocupaba el oratorio se puede ver simplemente un muro de tonalidades gris claras casi blancas con líneas irregulares siguiendo los diseños del estuco original restaurado del resto del salón iluminado por unos lampadarios con pequeños cirios. La Casa es visitada cada año por millones de personas. La visita a la cripta de la Sagrada Familia será un buen complemento al recorrido de la Casa Batlló, porque los visitantes apercibidos pondrán mentalmente el retablo josefino en el muro del antiguo oratorio gaudiniano y todo el salón cobrará otra dimensión.

Jaume AYMAR RAGOLTA
Doctor en Historia del Arte
Barcelona, España
Diciembre de 2021

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