La adolescencia actual. El aislamiento del COVID

La adolescencia actual. El aislamiento del COVID

La adolescencia es tiempo de experimentar, de relacionarse entre los iguales, es tiempo de probarse, de irse diferenciando de la familia de origen para, poco a poco, irse creando una identidad, única, diferenciada. El aislamiento obligado que se ha tenido que realizar durante la pandemia ha hecho que estos procesos vitales, necesarios para todos y todas las adolescentes, hayan quedado afectados. Este hecho ha aumentado la incidencia de casos de trastornos mentales entre los adolescentes, especialmente en cuanto a problemas más de cariz ansioso y depresivo.

Toda persona, cuando vive un malestar emocional muy intenso (eso es lo que es un “trastorno mental”), procura, para empezar, revertirlo él mismo. Cuando los intentos personales de mejorar fracasan y el malestar aumenta, este suele manifestarse de algún modo u otro. El malestar pues, se puede manifestar en diferentes formatos y estos son lo que llamamos señales de alerta. Las señales de alerta a nivel emocional serían empezar a sentirte extraño en contextos donde hasta ahora te sentías bien, empezar a dejar de disfrutar en todo aquello en lo que disfrutas, el empezar a desagradarte tu aspecto físico, el empezar a aparecer un sentimiento constante de frustración por todo lo que consigues o dejas de conseguir o el sentirte más sensible, susceptible o irritable de lo normal. Las señales de alerta a nivel cognitivo podrían objetivarse en las dificultades repentinas por la concentración, para sostener atención, y, en consecuencia, una bajada del rendimiento (académico o laboral). Por último, las señales de alerta a nivel funcional, de hábitos, serían el no tener ganas de comer, o por el contrario, no poder parar de hacerlo, empezar a tener dificultades para conciliar el sueño, o para mantenerlo, el empezar a sentir más dolores en el cuerpo como cefaleas, dolores de estómago, etc. (a esto se llama, síntomas psicosomáticos cuyo origen está en el malestar emocional), empezar a sentir que tienes poca energía, con una sensación de que todo cuesta el doble o el empezar a tener episodios agudos de miedo, de bloqueo (ataques de ansiedad).

Estas son las señales de alerta que todos y cada uno de nosotros deberíamos conocer para identificar cuando la emoción de la tristeza o del miedo deja de ser adaptativa y pasa a ser demasiado intensa, pudiendo entonces llegar a diagnosticarse una depresión o una ansiedad, respectivamente. Desgraciadamente no existe ningún protocolo público (para el ciudadano) que nos facilite la identificación de estas señales de alerta, tampoco hay quien nos entrene ni eduque a identificarlos.

En ocasiones es muy normal y natural el malestar emocional, sobre todo cuando en la vida nos pasan cosas que no deseamos, por ejemplo, una muerte de alguien cercano, un divorcio, un cambio de domicilio, un cambio de escuela, etc. Todas estas circunstancias, propias de la vida, nos harán sentir más tristes de lo normal y es fácil que suframos alguna de las señales de alerta que he citado. Sin embargo, a veces, estas señales de alerta se alargan mucho en el tiempo o se hacen demasiado intensas interfiriendo y bloqueando significativamente nuestra vida diaria. Este es el momento donde deberemos acudir a un profesional de la salud para que cribe este malestar, diagnostique, si fuera preciso, y nos vincule a un tratamiento específico (y temporal).

En el caso de los adolescentes este malestar puede ser vivido de forma más intensa y desbordada que los adultos, ya que existe una significativa carencia de recursos personales y más ahora, donde, como he dicho al principio, la excepcionalidad de la realidad en la que vivimos ha alterado todo desarrollo natural del adolescente haciéndolo aún más vulnerable. Es por todo esto que es importante la psicoeducación a los y las adolescentes en torno a las emociones, dándoles palabras, herramientas y recursos para que ellos mismos/as estén atentos a identificar las primeras señales de alerta de un malestar emocional y, si lo identificaran, supieran a quién dirigirse y cómo gestionarlos. Es una tarea de todas y todos. Acompañémoslos.

Maria TORRES TORRES
Psicóloga
Caldes de Montbui. (España)
Mayo del 2022

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