Vivir y poder amar es la causa revolucionaria que nos propone la historia 15 del libro 22 historias clínicas –progresivas– de realismo existencial (Edimurtra: Barcelona, 1985). Alfredo Rubio de Castarlenas (Barcelona, 1919-1996) conversa con un joven revolucionario de nombre Raúl Alfonso frente al mar, en el momento del ocaso.
En ese momento, en que parece acabarse el día y el sol desaparece, la conversación de ambos llega a profundidades tales como la de ese océano que contemplan. Raúl Alfonso, al comienzo de esta narración, expone cómo ha tenido que huir de su país, dejando atrás familia y seres queridos, a causa de ser perseguido por el régimen corrupto, sufriendo la muerte de compañeros de lucha y amigos. Este joven revolucionario ha tocado fondo.
Alfredo, buen formador de personas, lo escucha hasta el final, hasta que el silencio se convierte en vínculo sanador. Entonces le expone, desde una óptica realista existencial, la importancia del bien de los presentes. Muchas guerras y atrocidades se cometen pensando en el bien de las generaciones futuras, las cuales aún no existen. Sacrificando la vida de las personas presentes.
En otras historias pedagógicas de realismo existencial, el Dr. Rubio ya nos ha expuesto cómo las personas presentes somos fruto de todo lo que ha ocurrido antes de nuestro engendramiento “bueno o malo”. Lo cual, si lo pensamos en dirección hacia el futuro es igual: los que vengan después serán fruto de lo que hagamos ahora “bien o mal”. Entonces hemos de hacer las cosas pensando en los que existen/existimos ahora.
Esta evidencia quería apuntar Alfredo a Raúl Alfonso, cuando le increpaba a buscar medios “incruentos” de luchar, donde nadie tenga que morir para salvarse. No se trata de morir para vivir o para que otros vivan, sino de vivir para vivir y generar más vida.
Alfredo concluye la narración de esta historia diciendo: “No se puede hacer morir a nadie por la causa –la que sea– aunque se les diga que esa causa también es la suya. Su causa es, ante todo, vivir y poder amar”. Esto nos recuerda la frase “la causa justifica los medios”. Es claro que la causa no justifica los medios. Un pretendido cambio político no justifica que nadie tenga que morir.
En esta sección, venimos reflexionando a la luz de las historias clínicas que propone Alfredo Rubio y trasladando sus planteamientos al ámbito de la Historia con mayúscula. En el caso de Raúl Alfredo es muy clara la relación con el devenir histórico de tantos pueblos donde las personas mueren por un “ideal” y luego este ideal es traicionado o el cambio que se busca a través de la lucha armada nunca llega o es malversado.
Vivir y poder amar. No se trata sólo de vivir, sino de un para qué vivir, ejercer el derecho más básico de cualquier persona: poder amar. Es decir, ser lo que estás llamado a ser, relacionarte, crear, familias y comunidades donde el amor sea el elemento vinculante. El amor es un componente festivo del ser humano y la fiesta es la actividad que nos aleja de la guerra. Un pueblo festivo emplea su potencial en crear, no en destruir. La fiesta también es un dinamizador de las relaciones humanas y un facilitador de la igualdad, de la no jerarquización.
Javier BUSTAMANTE ENRIQUEZ
Psicólogo social
Ciudad de México, México
Agosto de 2022