Toda nuestra vida, muchos la hemos dedicado a la tarea crematística, dignamente ejercida mediante una actividad laboral, profesional o empresarial, siempre intentando acumular un poco de riqueza para ganar en seguridad en este sistema en el cual nos ha tocado vivir y sobrevivir. Algunos tenemos la suerte, además, de disfrutar ejerciendo nuestra actividad.
Permitidme iniciar este espacio de reflexión con una cita del escritor Mark Twain (Estados Unidos, 1835-1910): «Los dos días más importantes de tu vida son el día en que naces y el día en que descubres porqué.»
Esta manifestación del escritor Twain se hace una cita ineludible para nuestra mente. Seguro que habrá infinitos enfoques según la cultura, las creencias, las vivencias… que cada persona haya interiorizado a lo largo de su vida.
Otra frase que también considero importante para acompañar a este elenco de ideas, es la cita de Adam Smith (Reino Unido, 1723-1790), el padre profesional de todos los que nos dedicamos a la economía: «Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si la mayoría de sus miembros son pobres y desgraciados».
Me vienen a la mente momentos «de haberes» en los cuales por supuesto quedaría justificado el porqué de vivir, sobre todo momentos felices vividos personalmente, familiarmente y profesionalmente: haber dado la vida a nuestros hijos e hijas, haber saboreado el amor, haber podido ayudar a otras personas, haber hecho amigos fantásticos, en definitiva haber podido ejercitar la felicidad y compartirla con los otros.
Otro enfoque posible seria plantearnos: ¿por qué hemos llegado a nacer? Bien, la respuesta a esta cuestión, según las creencias de cada persona, se podría concretar en dos: el azar o la voluntad divina.
En cuanto a la defensa de la existencia, pienso que han sido muy importantes las aportaciones de la corriente filosófica del Realismo Existencial iniciado y desarrollado por el doctor Alfred Rubio de Castarlenas (Barcelona, 1919-1996), al que tuve el placer de conocer personalmente.
Una definición de Realismo Existencial que aparece en varios documentos es la siguiente: «El punto de partida consiste en que cada persona saboree el sencillo hecho de estar existiendo, y sienta la sorpresa de saber que existe, pudiendo no haber existido. Esta sorpresa de existir entonces puede provocar una oleada de gozo de haber podido no ser y sin embargo, estar siendo.»
La conclusión es que existimos y tenemos que saborear este hecho. ¿Cómo?:
– Disminuyendo el nivel de disonancia cognitiva que hemos ido acumulando en nuestra vida, incorporando a nuestro eterno presente las palabras de Adam Smith.
– Disfrutando del recuerdo de aquello que hemos sido.
– Ilusionándonos con todo aquello que todavía podemos llegar a hacer.
Os agradecería que siguierais dando respuestas nuevas para hacer tan larga la lista de motivos para existir, que no tengamos dudas a responder a la pregunta del porque hemos nacido del escritor Mark Twain.
Ricardo Javier ROMERO TOMÁS
Economista de Empresa – Licenciado en CC del Trabajo
Barcelona, España
Publicado originalmente en Ámbito María Corral en junio del 2021