Reforestarse siempre, un imperativo ético

Reforestarse siempre, un imperativo ético

Pixabay

Devastación

Este verano 2024, los incendios forestales han asolado Chile. Catalogada como “tragedia nacional”. Lloramos a los más de 150 muertos, y tantos animalitos, que solo en la región de Valparaíso, zona centro de Chile, y antiguo puerto principal, ha paralizado el corazón del país. Sin embargo y como siempre se movilizado un cordón de otro fuego, el de la solidaridad ciudadana, que con el corazón partido, están reconstruyéndolo todo, casas, colegios, iglesias. Ofreciendo ayuda psicológica, medica, veterinaria etc. Un país ave fénix, siempre reconstruyéndose de las cenizas.

Vista aérea de casas quemadas después de
un incendio forestal en Quilpue, Viña del Mar,
Chile, tomada el 4 de febrero de 2024.
Crédito: RODRIGO ARANGUA/AFP vía Getty Images

También impactó, en febrero 6, la muerte del ex presidente de la república Sebastián Piñera, que tras una mala maniobra pilotando su helicóptero, este se precipito al lago Ranco, en la zona sur del país, siendo el exmandatario la única víctima fatal, sobreviviendo su hermana, cuñado y sobrino conmoviendo al país, y a sus partidarios grandemente.

Retomando el tema de los incendios, no puedo menos que compartir con ustedes algunas reflexiones que están brotando en mi interior y espero que también les haga eco.

Investigando, es lejos la más grande devastación hecha por el hombre a nivel mundial– todo indica que han sido incendios intencionados, sumado a las altas temperaturas y los vientos, se explica por qué costó tanto controlar y extinguir. Se le compara, en relación con víctimas fatales y extensas áreas devastadas con lo que vivimos en el terremoto – maremoto del 27 de febrero de 2010.

Viña del Mar, 3 de febrero 2024.
Incendio propaga en el sector de
Villa Olímpica en Viña del Mar. Radio U de Chile
Luis Hidalgo/Aton Chile

Pero nada de esto explica por qué alguien o “alguienes”… . Siento horror por la inconciencia y terror ante la conciencia de quienes, según las autoridades, resulten responsables tras ya una larga y a la fecha impotente investigación y solo pienso en este proverbio africano que reza así: EL NIÑO QUE NO SEA ABRAZADO POR SU TRIBU, CUANDO SEA ADULTO, QUEMARÁ LA ALDEA PARA PODER SENTIR SU CALOR”.

Nuestra casa común esta deforestada

Gracias a los avances y profundidad de los estudios de los últimos años se alzan voces desde el ámbito de la ciencia ambiental, quienes nos espejean una realidad alarmante y seria. Nuestra casa común esta deforestada, es decir: despojada un terreno de plantas rústicas -de lo básico y primigenio- explica la rae y pienso ¿despojado, saqueado, desolado, no abrazado…?

El Papa Francisco en mayo de 2015, en su carta “Laudato SI” «Lo que le está pasando a nuestra casa común», resume el alcance de los problemas actuales relacionados con el medio ambiente. Entre los temas tratados se encuentran la contaminación, el cambio climático, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad global. Una ecología integral» presentaría la principal solución a los actuales problemas sociales y medioambientales.

Ecología integral (rae: Ciencia que estudia los seres vivos como habitantes de un medio, y las relaciones que mantienen entre sí y con el propio medio)

Esta afirma de la encíclica, nos exhorta a todos los existentes que formamos parte de un mundo más amplio «soluciones integrales que consideren las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales» (LS 139).

La ecología integral amplía este paradigma para considerar las dimensiones éticas y espirituales de cómo los seres humanos deben relacionarse entre sí y con el mundo natural, basándose en la cultura, la familia, la comunidad con valores como la integridad, la dignidad, la honradez, la relación con lo trascendente, la religión y el respeto por el bien propio y común entre otros.

Un imperativo ético actual y fundamental es el de saber habitar la casa común, sin duda alguna, Sin embargo, la evidencia sobresalta. Hay un mundo entre lo que para unos y otros es habitar la casa común. Qué duda cabe, que hay mucho de deforestación, desolación; conciencia e inconciencia humana, que no se ha sopesado lo suficiente, y aunque parezca obvio, la realidad cuando golpea y nos duele, no hacen pensar que el cuido de la casa común, desde una ecología integral, suena lógico, pero nada de obvio. Faltan pasos previos: saber habitarnos a nosotros mismos primero, creo que es el primero de varios pasos y de una decisión adulta y madura, ya no más es que los otros o hasta que los otros, sino mas bien es de un yo sano propositivo y adulto asumo -hago para que mis acciones reflejen ese saber habitarse o no y que puedo integrar, cambiar para no ir incendiando mi vida y la de los demás.

Pixabay

Espero que estas reflexiones, abran un diálogo fecundo, como está siendo en mi interior, ya sea que pueda darse con ustedes mismos o con sus próximos, que vaya mas allá, de si reciclamos o no, cuidamos el agua nuestras mascotas, etc

  1. Confianza lucida:  José Andrés Murillo, filósofo chileno, sobreviviente de abusos en el ámbito eclesial en Chile, ha creado el concepto de confianza lúcida, que limita con la desconfianza por un lado y con la confianza ciega por el otro. La confianza lúcida es en el fondo una declaración de principios según la cual ningún abuso –sabiendo que el abuso de poder es el primero de los abusos– tiene derecho a robar lo más preciado del ser humano: Confiar en otros y en uno mismo.  La confianza ciega ya no corre, como tampoco vivir en la total desconfianza es imposible porque sería un verdadero infierno.
  2. Reconocer las banderas rojas –red flags– nos piden los expertos del autocuidado. Límites sanos y firmes, harán que más pronto que tarde, las personas nos vayamos mostrando como somos, y en la medida de nuestra sanidad e integridad, criterio y confianza, podamos establecer vínculos que nos nutran, tales como el amor, la amistad, las relaciones, familiares, laborales, etc.
  3. La lucidez propia y para con los otro, terminará por develar al personaje tras la persona. Por una parte, se fortalecerán lazos y vínculos realistas existenciales, de plena aceptación y con gozo podremos seguir caminando juntos o no y desde una sana coexistencia pacífica, adulta y bien tratante, no forzar una amistad, una relación laboral, unas dinámicas familiares, etc.
  4. Conocimiento: de quien uno es, y de nuestros otros. La madurez es saber vivir, y dejar vivir. Es no consumir energía -psíquica, espiritual, física, desplazando, el no tener o no estar feliz con la vida propia, hacia la vida de quienes nos rodean.
  5. Contemplar desde unos sanos límites, esas banderas rojas que no son más que alertas para salir de situaciones o relaciones, actitudes tóxicas, tanto propias como de nuestros otros. Esto requiere un trabajo autocrítico profundo. No compremos humo: como fluir. Para que tu fluyas yo u otros estamos construyendo diques, alcantarillando aguas servidas, implicando vida y corazón en ajardinar el mundo. Contemplar es todo lo contrario, quien contempla despierta a su conciencia, y está dispuesto a amar, y vibrar bonito, cueste lo que cueste, sobre todo asumiendo la propia sombra, basura que se puede incendiar… Cortar con los llamados “personajes” que no podrán sostener palabra, acuerdos, códigos, integridad, amistad etc., quedando así un triste reflejo de un interlocutor, un ser humano deforestado, desintegrado y narcisista en algunos casos, capaz de pisotear –desolar– la tierra sagrada de sus prójimos por la insaciable búsqueda de atención, por querer lo que otros tienen, incluso teniéndolo mil veces.
  6. Humildad La sabia definición de Santa Teresa de Jesús, nos propone poéticamente, la humildad “como andar en verdad”, porque gracias a la humildad, adquirimos el justo conocimiento de quiénes somos, tanto de nuestra grandeza y dignidad, como de nuestra pequeñez y miseria. Una sana y constate practica de la humildad y el buen trato, como dice Alfredo Rubio, la amistad es libre o no es, nos hace “andar en verdad”. Aireados del peso de la máscara dirán los psicólogos.
  7. Sabernos contingentes, es lo menos simple y sencillo del mundo. Y yo moriré y seguirá el naranjo dando fruto, la brisa acariciando mejillas, el fuego abrazando mi tierra…. Y no pasara nada, me lloraran como yo lloro a los que han partido, y gradezco su existencia …este juicio de realidad interpela y contextualiza lo importante de lo urgente Airea el corazón y por qué no instala el sentido del humor para no tomarse tan enserio uno mismo, perdonen el atrevimiento, pero saber reírse de uno mismo, es sano, sino, como en mi caso, aparece la ironía que como indican los expertos es un mecanismo de defensa ante una agresión pasiva y desalmada, reflejo de una gran rabia y frustración Esa introspección nos hace ser seres sociales, si bien vulnerables y necesitados de los otros, humildes, aireados, de buen humor  y con confianza lucida, se pondrán límites sanos y claros, no para quedarnos temerosos y estáticos, horrorizados o aterrados. Todo lo contrario
  8. En Salida a forestar el mundo, personal y colectivo, nuestra casa común Ese es el imperativo ético. tender una mano, limpia, firme, no resbalosa, a nuestros otros para que habiten en uno y hagan morada sin el miedo del abuso y el daño, o la desconfianza de que el otro se te ha vuelto un total desconocido. Ser casa madura y acogedora, firme, segura y traslúcida, que proporcione una cálida acogida para que quienes lleguen, se sientan amados y no exigidos a llenar vacíos existenciales o materiales. Vínculos sanos, respetuosos y libres.
  9. La amistad es libre o no es amistad Cuantas convivencias vacías, sin sentido. Cuantos ruegos nulos: “seamos amigos, seamos comunidad, seamos más herman@s” La amistad no se puede imponer. Nadie puede hacerse amigo de otra persona a la fuerza, sino respetando su libertad. La amistad es libre o no es amistad. La amistad es veraz. La amistad no se puede simular. Tampoco se pueden falsear los sentimientos ni aparentar ser lo que no se es. No se puede cultivar una amistad con engaños, en la amistad se ha de ser veraz”, nos regala su autor Alfredo Rubio, mas explicaciones sobran. A partir de una amistad verdadera se podrá ajardinar el mundo.
  10. Silenciosos y Pausados “Escuchar para ser”, del autor Franz Jalics, parafraseado por Pablo Dörs, quien, en su cuarta enseñanza nos propone lo que dicen los místicos, quienes a un coro se complementan maestro y aprendiz, “la prisa es, pues, enemiga de la contemplación y de la verdadera comunicación. La comunicación vertiginosa no es verdadera comunicación, sino manipulación” …explican…” Dicho de otro modo, que el silencio es, en el fondo, el signo de que el receptor realmente importa”.
  11. Amar a alguien es preguntarle ¿qué le duele? Simone Weil, filosofa francesa, de cuna judía y de pensamiento agnóstico, acuña esta frase que nos habla de ella, un ser humano extraordinario. Se refleja en tan pocas palabras un delicado –sagrado– y profundo respeto- amor por el ser humano. Hasta el día de hoy se debate sobre si su pensamiento es obra de una conversión del judaísmo al cristianismo reduciendo a mi gusto, su conversión al amor, el salto cualitativo más interesante: dejar de pensar en sí mismo y se vuelca, desde el corazón hacia los demás, implique lo que implique que deba cambiar, modelar, o rectificar derechamente. En algunas ocasiones y esto a título personal, no existe nada más desconcertante que una persona que consideras amiga-amigo, en plena conversación, te atreves a guardar silencio y es silencio se prolonga… no por comodidad y plenitud…sino que se transforma en una pausa incomoda, extraña pero develadora…y jamás llega la contra pregunta…. algunos ya saben de lo que hablo, por que sucede mucho, si, un simple pero vital: ¿y tú, ¿cómo estás? y un consiguiente sostener la respuesta, la mirada, genuinamente, pero nada. De pronto caes en cuenta que has abierto tu corazón, tu vida, pero ¿porque y a quién? ¿Y se instaló la duda de si le importaba realmente? Asumirlo es crecer. Aceptarlo es madurar, confianza lúcida y realista existencial.
U Catolica

En conclusión, no podemos imponernos a nadie. Es cargar al otro con unas responsabilidades innecesarias e incongruentes. Y a esta edad, maravillosa, por cierto, ya que me encuentro existiendo, ofrezco relaciones y vínculos sostenibles, integrales y nutritivos, recíprocos y resilientes, desde una profunda y sana reforestación, hacia los próximos años, no se cuantos me quedan y tengo una serena impaciencia por vivirlos seria y profundamente alegres.

Espero que estas reflexiones, que a mí me han hecho bien ante tanto dolor social y personal, les ayuden a aceptar que sí se quiebran las relaciones y es mejor un corte sano que alargarlas y que estas se vuelvan meramente funcionales, o con francos monólogos fastidiosos, miradas esquivas. Se incendia el alma innecesariamente,  se amuralla el corazón y no da cabida para abrirse en verdad y no hay nada mas noble que una digna distancia, que una forzada amistad.

Estamos llamados a cuidar la casa común, ser arboles bien plantados y fuertes, que demos apoyo y sustento y frutos, cada uno en la maceta que le corresponde, partamos pues por saber habitarnos, echar raíces; hacer caseidad de verdad, con confianza lucida, sacar la basura, cuidar la interioridad, valorar la existencia y si se da la gratuidad del encuentro, con humildad, cultivar relaciones, o vínculos, sean cuales sean desde una integridad. Así podremos salir a ajardinar el mundo, con las herramientas necesarias, sean espirituales, psicológicas, etc., para saber estar, cuidar y dar frutos que nutran la existencia en común.

Claudia TZANIS EISSLER
Periodista. Acompañante Espiritual. Asesora Salvaguarda de niños niñas y personas vulnerables.
Santiago de Chile
Marzo 2024

Publicaciones relacionadas

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *