El deseo, la intuición, el atrevimiento, la valentía… activan en nosotros la magia de vivir y en su propuesta esperanzadora nos abren a mundos nuevos. La atención a esos estímulos que nos rodean y la capacidad de creer y crear sueños nos acercan al éxito al que aspiramos. Nuestras acciones provocan reacciones a nuestro paso y la magia continúa…
Durante siglos el circo ha sido uno de los espectáculos más atractivos del mundo por la magia que desplegaban. Su carácter itinerante y nómada lo acercó a las ciudades donde era acogido con gran expectación. Sus míticos personajes, cada uno en su función diferenciada, se orientaban a la misma finalidad de hacer soñar y vivir momentos únicos presentando al circo como un espacio mágico y diferente.
El primero en aparecer en el escenario era el presentador que introducía a cada uno de los personajes del equipo e invitaba a vivir esta experiencia como única e incomparable. Con el humor y la ternura de los payasos la sonrisa y la emoción iban creciendo. Los trapecistas, acróbatas y malabares, en una combinación de equilibrios, flexibilidad y fuerza inimaginables, dejaban boquiabiertos. Todo era poesía en movimiento que hacía volar la imaginación.
El circo es una metáfora de la escuela con sus curvas de intensidad, sus ritmos y etapas de aprendizaje. La pedagogía del circo integra elementos muy importantes también en la educación: el juego, el riesgo, el error… El artista como el estudiante se pone a si mismo en juego para ser plenamente él mismo, para explorar nuevos horizontes, para superar los límites, para ver las cosas desde otra perspectiva.
Las habilidades que se desarrollan son válidas en ambas situaciones. Hay que activar el cuerpo, la mente y el espíritu, autocontrolarse, estar consciente, despierto y atento a lo que se está haciendo… Hay que jugar con los equilibrios y desequilibrios, descubrir nuevos movimientos, progresar en las figuras, analizar las claves para encontrar nuevos caminos que ayuden a potenciar la creatividad, la progresión y el desarrollo positivo de la energía.
La realidad actual del circo como la de la escuela es muy diferente a la del pasado. Las nuevas ofertas han reducido la capacidad de sorpresa de años atrás y necesita reinterpretarse el papel para adecuarlo a los nuevos tiempos. A veces faltan palabras apropiadas para explicarlo y recurrimos a aparentes circunloquios que enriquecen con sus matices la búsqueda de la respuesta correcta.
En la educación los circunloquios son frecuentes. A veces diciendo poco damos a entender mucho. He aquí cinco miradas abiertas que enfocan en múltiples perspectivas el mismo tema, propósito y objetivo de la educación.
1.- Para Roger Schank, aprender es una aventura. La escuela ha de reproducir la vida real. Ha de apoyarse en las experiencias motivadoras que activan la entrada en la aventura del aprendizaje. Los maestros son soporte para el alumno que experimenta esta aventura viviendo situaciones como las de su vida real. La escuela ha de desarrollar las habilidades que realmente necesitará en su día a día.
2.- Para Francisco Mora, la educación ha de transmitir alegría. Porque las emociones son la base del aprendizaje y sólo se puede enseñar a través de ellas. Con ellas se despierta la curiosidad, se fortalece la atención, se asocian eventos y sucesos… La alegría es la emoción extendida y proyectada. La emoción es el epicentro y activador de toda la enseñanza.
3.- Para Yong Zhao, hay que formar emprendedores. Los maestros han de ser emprendedores. Con las economías interconectadas los estudiantes competirán a escala global y tendrán que aportar un valor añadido. Los talentos serán más demandados por eso la educación ha de fomentar los talentos y la excepcionalidad. Creatividad y emprendeduría son las claves para formar creadores de faena.
4.- Para Salman Khan, ha de tenerse muy presente el entorno educativo “online”. La revolución “online” es hoy una plataforma, una academia virtual gratuita y esto da un nuevo entorno educativo que no puede desaprovecharse. Han de dejarse los contenidos teóricos en la web como fuente de auto aprendizaje y así liberar las aulas para la práctica de escenarios reales con un profesor que actúe solo como consejero.
5.- Para Francesc Pedró, los docentes han de ser realistas, eficaces y sus propuestas posibilistas. Para ello han de reformarse algunos puntos del sistema educativo: los liderazgos, la autonomía de centros, la profesionalidad de los docentes y el currículum. Han de establecerse estándares claros a conseguir como competencias; el sistema de evaluación de estas competencias ha de incluir a alumnos y docentes; la atención a los alumnos ha de apoyarse en un soporte personalizado acompañado de incentivos al esfuerzo… Los buenos maestros también deben incentivarse con complementos salariales.
Estos aparentes circunloquios mantienen entre sí vínculos evidentes teniendo como punto de encuentro el alumnado. El es el centro de la educación y a su alrededor se tejen vínculos estrechos, como cadenas invisibles, en una relación personal que nada podrá romper completamente. Son hipervínculos que enlazan con recursos y posibilita la navegación, intelectual, humana y espiritual, trasladando a otros mundos.
Los vínculos aportan seguridad, protección, equilibrio emocional, bienestar general… Con el tiempo van creando modelos mentales especialmente influenciados por las estrategias que se adquirieron en la infancia. De eso dependerá en gran parte su calidad. Los vínculos negativos frenan la evolución y los positivos la estimulan. La dependencia, la falta de autoestima, la inconstancia, el temor, el desorden… son señal de vínculos no madurados.
El educador en la escuela está vinculado a los alumnos. La realidad en que se mueven y la manera de relacionarse con ellos influirán en el aula y sobre todo en el clima de relaciones que se establece. Encontrar la distancia educativa idónea es uno de los retos a que se enfrenta el educador. Crear alumnos equilibrados con las necesidades afectivas adecuadas, con autonomía personal pertinente, con alta autoestima, con una imagen positiva de los demás… son ideales apropiados en toda educación.
La flexibilidad mental del educador le permitirá llegar a proyectos innovadores, motivantes y articulados que promuevan acciones de cooperación y cree acciones vinculadas con los contextos, los contenidos y las personas. En este camino también el profesor se sitúa en un aprendizaje permanente abierto al mundo de las personas con las que comparte ese pequeño universo que es la clase.
En sus circunloquios vinculados el educador transita haciendo equilibrios en la realidad que no se detiene. Sin embargo sabe dónde va a pesar de su paso aparentemente zigzagueante. En el escenario de la clase los artistas y el presentador forman un equipo capaz de vivir experiencias y sueños sorprendentes. Los circunloquios vinculados son caminos por los que transitan juntos para crear la vivencia más fascinante del mundo o, como mínimo, de ese pequeño cosmos que comparten.
Josep Alegre
Profesor, filólogo y educador socio-cultural
Barcelona
Febrero de 2018