La mentalidad “América primero”

La mentalidad “América primero”

America first” fue el lema con que Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos en 2016 y, durante todo su mandato (2017-2021), sus políticas fueron coherentes con este principio. El lema no fue inventado por él, sino que viene de lejos en el tiempo. Muchas personas se escandalizaron con este descarado egoísmo patriótico de un presidente.

Cuando observo lo que está pasando con el acceso a las vacunas contra el Covid-19, tengo que reconocer con vergüenza que la mentalidad “yo primero” está presente en la política de todos los países ricos y en los corazones de muchos votantes. La Organización Mundial de Salud (OMS) puso en marcha varias colaboraciones internacionales desde abril de 2020.

El ACT: una colaboración conjunta para el desarrollo, la producción y la distribución de pruebas, tratamiento y vacunas contra el coronavirus. Y añade como cuarto objetivo: fortalecer los sistemas sanitarios.

El COVAX: un mecanismo de compra conjunta para lograr mejores acuerdos con la industria farmacéutica y de una distribución equitativa entre países.

Por un lado, se observa que los países ricos están dispuestos a la filantropía (ayudar con dinero a estos organismos internacionales), pero no están dispuestos a entrar en una igualdad de acceso a las vacunas. Con mentalidad “yo primero”, empezaron sus propias negociaciones directas bilaterales con las farmacéuticas para obtener lo más rápido posibles vacunas para proteger a su población.

Como resultado, se estima que cerca del 90% de los habitantes, en casi 70 países de bajos ingresos, tendrán pocas posibilidades de vacunarse contra el Covid-19 en 2021. Mientras, otras naciones, como Canadá, ya han comprado suficientes dosis para vacunar cinco veces a su población.

Esto hace que yo, persona con buena salud, viviendo en un país rico con un buen sistema sanitario, pueda vacunarme, cuando los trabajadores sanitarios, las personas mayores y personas de alto riesgo en los países de bajo ingresos, casi no tienen acceso a las vacunas.

La mentalidad “yo primero” es una plaga para la humanidad. Es conocida la excusa de “primero tengo que estar bien yo, para poder ayudar a otros” … Pero me pregunto si es sincera, porque fácilmente nos preocupamos más por nuestro propio bienestar, nuestras vacaciones, nuestro ocio, nuestra economía, etc., que por los millones de personas que mueren de Covid-19, de violencia o de hambre en otras partes del mundo.

Se ha dicho mucho que ante el virus todos somos iguales… ¡Ojalá fuera verdad! No es un virus que iguale a la humanidad, sino el hecho de existir. Es hora de que demos el mismo valor a cada existencia: ¡que mi vida no valga más que la vida de un anciano que vive en Sahel!

Pauline LODDER
Pineda de Mar, España
Abril de 2021

 

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