Del mercat de puces a la vecindad

Del mercat de puces a la vecindad

Hace unos años en un congreso de acción comunitaria, cuando este concepto empezaba a tomar fuerza, nos presentaron algunas iniciativas de la ciudadanía que en distintos lugares estaban empezando a instalarse con más o menos posibilidad de perdurar, una de esas fue el “mercat de puces”, en realidad, basado en la idea de poder reutilizar aquello que una ya no necesita y puede serle útil a otras personas, normalmente se realizan intercambios o aportaciones muy pequeñas para obtenerlo.

Es cierto que, un “mercat de puces” traducción de Flea Market, tiene el origen en el tiempo que los londinenses ponían a la venta los objetos que tenían guardados en el desván, llenos de pulgas, aunque actualmente no tengan acompañantes, sí que sigue siendo una entrañable forma de dar una nueva oportunidad a objetos que han formado parte de nuestra vida en mayor o menor medida, algunos incluso con cierto valor sentimental.

Sin embargo, lo que me llama la atención del “mercat de puces” que presentaron en aquel congreso y, aún hoy, mueve muchos de estos eventos: rastrillo, mercado solidario, mercado social, … es su solidaridad, porque la idea principal es poder ofrecer opción a conseguir algo que nos hace falta sin necesidad de hacer un gasto que no podemos, o bien recoger fondos para algún fin social.

En concreto, cerca de mi casa se celebra un “mercat de puces” que tiene ya años de tradición y funciona muy bien, puedes llevar allí tus objetos para que otros puedan aprovecharlos dejando los suyos, o aportando una cantidad simbólica, hay que pensar en todo, de lo contrario los seres humanos, tendemos a la buena intención pero en ocasiones no somos conscientes de que eso que yo me puedo llevar aunque no necesite simplemente porque es gratis a otra persona puede serle de primera necesidad.

De esta forma reutilizamos, así que colaboramos a no generar residuos en una pequeña porción, además ofrecemos la posibilidad a alguien de cubrir una necesidad, dejando un objeto que ya no utilice tampoco, … nos ayuda a deshacernos de algunos objetos porque al darles una nueva vida no sentimos que los desechamos, … y, creo que es esencial esta consecuencia implícita, nos damos la oportunidad de volver a tratarnos como vecinos, miembros de una comunidad, nos relacionamos, nos conocemos, … y con ello nos ofrecemos unos a otros la posibilidad de solidaridad natural como la que los mayores recuerdan de los edificios de las grandes ciudades no hace tantos años, o en los pueblos aún hace menos tiempo, cuando no se sentían solos porque sabían que tenían amigos y amigas como vecinos y vecinas, volver a generar vecindad.

Porque al final la solidaridad es una actitud natural ante un igual, y si nos conocemos, nos ponemos cara y nombre, nos miramos, … no podremos dejar de ser solidarios entre nosotros.

Esther BORREGO LINARES
Trabajadora Social
Barcelona
Octubre de 2021

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