Si queremos un mundo en paz

Si queremos un mundo en paz

Fotografía: Jordi Pacheco

Ante el horror y la barbarie que ha estallado en Tierra Santa, nos ha parecido oportuno reproducir la entrevista que Jordi Pacheco, director de la Agencia Flama y de la Revista Foc Nou, realizó a Antoni Soler Ricart, miembro del Grupo de Noviolencia Cristiana de Cristianisme i Justícia, el 22 de noviembre de 2023. La postura de Antoni Soler es una llama de esperanza en medio de este conflicto que tantas víctimas y odio está produciendo.

Podéis consultar la entrevista original en: https://www.agenciaflama.cat/si-volem-un-mon-en-pau-hem-doposar-nos-als-senyors-de-la-guerra-amb-tota-la-nostra-forca/

En la dinámica de la violencia, existen diferentes niveles. Y en este sentido, el grado de brutalidad de lo que está pasando en Israel y Gaza, donde durante el último mes y medio han muerto unos 13.000 palestinos y unos 1.200 israelíes, supera todas las expectativas imaginables. Esto es lo que cree Antoni Soler Ricart, activista por la paz y la noviolencia que, desde diversos movimientos y entidades sociales, entre ellas, FundiPau, de la que fue presidente entre 2006 y 2021. Soler reconoce que se encuentran a faltar voces que digan “basta” y que exijan poner fin a la sinrazón de la guerra. “Voces, las hay, pero son necesarias muchas más”, asegura, convencido que una protesta pacífica intensa puede acabar empujando a nuestros gobiernos a “ejercer presiones serias para rebajar el conflicto y encontrar caminos de paz”.

Israel ha aprobado un alto el fuego temporal de 4 días a cambio de la liberación de 50 rehenes israelíes (mujeres y niños) y 150 presos (mujeres y menores) palestinos. Qatar ha confirmado que la medida entrará en vigor «en las próximas 24 horas». ¿Qué valoración hace?

–Todo lo que sea mejorar las condiciones de vida de la gente siempre es positivo, pero lo que realmente se necesita es un alto el fuego definitivo que permitiera iniciar seriamente negociaciones para encontrar una situación de futuro estable. En cualquier caso, es mejor esto que nada, y este breve paréntesis de las hostilidades permitirá que entre un mínimo de ayuda humanitaria que la población necesita de forma urgente. Por tanto, dentro de la inhumanidad absoluta y sin límites, esta tregua es una chispa de humanidad.

¿Cuál cree que es la intención de Israel con los bombardeos masivos sobre Gaza, que han provocado tantas bajas de civiles inocentes en muy pocos días? ¿Este procedimiento es nuevo en este conflicto?

–La crueldad con la que ha actuado Israel durante los últimos días, acosando a la población para forzarla a desplazarse, es quizás algo sorprendente en el sentido de que no se había manifestado otras veces de una manera tan cruda. En cualquier caso, la táctica de arrasar las ciudades viene de mucho antes: lo vimos en la ciudad de Guernica, durante la Segunda Guerra Mundial, que en ese sentido logró su máxima expresión con las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. También lo hemos visto en guerras posteriores, como la de Chechenia, la de Siria, la de Ucrania… Es una táctica asumida que permite destruirlo todo y evitar así el cuerpo a cuerpo en las ciudades. Lo terrible es que la misión de los ejércitos es hacer tanto daño como sea posible para que el otro se repliegue, y entonces todo vale. Entonces, se preparan instrumentos letales para que esto sea posible, y esto es lo criminal.

Ha dicho en alguna entrevista que faltan voces que digan «Basta». El papa Francisco lo ha hecho de forma reiterada y con énfasis, con Ucrania, Myanmar, Sudán, Israel y tantos otros conflictos. Pero, sin embargo, parece que no se le ha tenido en cuenta.

–El papa Francisco, en el tema de la paz y la noviolencia, ha sido más explícito y directo que cualquier otro pontífice anterior, aunque desde Juan XXIII la postura de todos ellos ha sido muy clara en este sentido. Estos llamamientos e intervenciones directas de Francisco muestran un compromiso y un dolor personal por el sufrimiento de las personas de gran sensibilidad. Creo que esto es esperanzador, aunque, desgraciadamente, la fuerza diplomática del Vaticano es limitada, aunque siempre hay trabajo que se hace por debajo y que no acabamos de conocer y que a veces hay resultados que no sabemos a quién deben atribuirse.

Pero está claro que el posicionamiento del Papa en esta línea es una señal de esperanza. Recuerdo una oración suya con motivo del conflicto de Ucrania en la que instaba a Dios detener la mano de Caín, pero al final también le pide que le salve y lo transforme. Esto es bonito, porque estamos en un mundo en el que parece que compartir el dolor de las víctimas es odiar al verdugo; pero lo primero que debemos hacer es eliminar el odio, que es destructivo para todos. Por tanto, debemos saber denunciar la injusticia salvando el injusto y denunciar las agresiones salvando al agresor. Ésta es una de las mayores lecciones de la noviolencia: debemos aprender a no lanzarnos al cuello de quien está haciendo barbaridades, ya que así nos exponemos también al peligro de cometer barbaridades y contribuir a encadenar venganza sobre venganza, que es lo que está ocurriendo.

¿Las manifestaciones pacíficas de la ciudadanía que estamos viendo en todo el mundo para pedir el alto el fuego en Gaza, sirven de algo? Alguien ha dicho recientemente que estas cosas no impresionan a los Estados.

–Las manifestaciones siempre tienen algún efecto y un ejemplo claro fueron las que se organizaron en todo el mundo en el 2003 antes de la invasión de Irak por parte de Estados Unidos, que sí sirvieron de algo. En España, concretamente, las movilizaciones fueron el inicio de la pérdida del gobierno por parte del PP. Esto supuso que el partido, entonces liderado por Aznar, pagara un precio muy alto por haber tomado una decisión —apoyar la invasión— que iba en contra del deseo manifestado por la ciudadanía. Y en EE.UU., si bien no se ha reconocido oficialmente, todas aquellas manifestaciones influyeron en la opinión cada vez más generalizada de que aquello fue un error y un fracaso. En consecuencia, no debemos desanimarnos, ya que algo queda cuando la gente se moviliza con fuerza.

–En cualquier caso, ni con la guerra de Ucrania ni con la actual de Tierra Santa, ha habido un grado de movilización ciudadana tan grande como el que hubo con la guerra de Irak, cuando salieron millones de personas a manifestarse.

Es cierto que en la sociedad actual existe un ambiente de desmotivación, la gente está asustada, desmovilizada, y esto hace más difícil dar la respuesta que deberíamos dar como ciudadanía a tantas tonterías. De todas formas, el auténtico problema es que las guerras, si se hacen, es porque hay alguien interesado en hacerlas, y alguien que pone todo el interés y el esfuerzo económico para llevarlas a cabo. Y sabemos que cuando la guerra está en marcha es muy difícil detenerla, porque en medio del fragor de la batalla, no están dispuestos a detenerse sino que quieren continuar con la barbarie y cumplir todos sus objetivos. Por tanto, no tenemos más remedio, si queremos hacer algo, que desmarcarnos y oponernos a los señores de la guerra con toda nuestra fuerza.

¿Cómo podemos hacerlo?

–No tenemos más fuerza que la fuerza de la gente y de la opinión pública, y aquí es donde debemos trabajar. Hay que ejercer la mayor presión posible sobre nuestros gobiernos no sólo para que no alimenten ni den cobertura a las guerras sino para que se pongan al frente en la búsqueda de soluciones y planes de paz. En lugar de tener respuestas tibias como la que lleva a justificar el “derecho a la defensa”, esclavizados por intereses que no son los nuestros y haciendo un vergonzoso seguidismo, los gobiernos deben mostrar toda la determinación para aislar a los Estados que promueven este tipo de barbaridades.

¿Cuál es la mejor forma de ejercer presión sobre los gobernantes para que actúen así?

–Pues a partir de manifestaciones, boicots, manifiestos, cartas a los partidos políticos, artículos en periódicos y apariciones en otros medios de comunicación, acciones no violentas… todo lo que pueda revelar nuestra imaginación. La cuestión es dejar bien claro que no apoyamos a las guerras, que se hace en contra de nuestra voluntad y que nuestra presión puede tener un precio político para los gobiernos.

Usted se ha mantenido constante en el trabajo por la paz durante más de cuatro décadas. ¿Cómo está nuestra sociedad en cuanto a cultura de paz?

La cultura de paz se ha debilitado en nuestras sociedades en los últimos años. La gente no se moviliza ante estas barbaries de la misma forma que lo hace con otros objetivos políticos. Debemos hacer crecer esta cultura de paz para que como sociedad se nos haga insoportable la guerra y su preparación. Porque si seguimos aceptando la preparación de máquinas potentísimas de muerte y destrucción, como son los ejércitos y el armamento, estaremos condenados, tarde o temprano, a utilizarlos.

Durante las primeras semanas de la guerra el patriarca latino de Jerusalén y el papa Francisco convocaron jornadas de ayuno y oración por la paz. ¿En qué medida cree usted que puede ayudar a la oración en este contexto?

–Creo firmemente en la oración. En primer lugar, como petición a Dios para que detenga estas desgracias y consuele a las víctimas de estos hechos tan horrorosos. Y en segundo lugar, como camino de transformación personal; debemos tomar fuerza y convicción interior para hacer frente a esta tendencia al mal, para eliminar cualquier sentimiento de odio en nuestro interior, incluso el posible odio que podemos sentir hacia los responsables de todo el sufrimiento humano que estamos viendo a nuestro alrededor. El odio es la más destructiva de las emociones humanas. Por último, creo en la oración para hacer presente la luz, la paz y el amor de Dios. Hacernos transparentes e instrumentos de esta paz en el mundo es algo por lo que debemos implicarnos personalmente y de manera constante.

 

Fuente y Copyright de la entrevista y de la foto: https://www.agenciaflama.cat/si-volem-un-mon-en-pau-hem-doposar-nos-als-senyors-de-la-guerra-amb-tota-la-nostra-forca/

Jordi PACHECO
Periodista
Barcelona, España
Diciembre de 2023

Publicaciones relacionadas

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *